martes, 13 de mayo de 2008

Y era lo que nadie creía


Es un testimonio novelado que nada a crontacorriente en una época en que el pesimismo ha legitimado el imperio de la derrota. Es moneda común que los personajes de la novela actual sean una secta de réprobos irremediables, presos que ensayan infructuosamente su escapatoria ante los tentáculos del miedo. Ya parece no haber conflicto en la mayoría de los casos: se asume con resignación pusilánime el destino cruel, la adversidad. Pero donde sobran esta suerte de propuestas declinantes, faltan testimonios que con su fuerza vital nos muestren la verdadera grandeza del conflicto humano, el ejercicio de confrontación de que todo ser humano que no ha perdido la dignidad es capaz. «Y era lo que nadie creía» opta por esta segunda manera de participar en el mundo. Porque la novela no es una reinvención ni una forma de construir realidades paralelas con las que rehuir la nuestra, sino una forma de participación en esta realidad, que ataca y duele, pero que también nos enseña a resistir y trascender. Agotados como estamos del discurso pesimista, leer esta primera entrega de Rose Marie Tapia nos replantea la forma de mirar y de existir.

1 comentario:

Carlos Ortiz dijo...

Oh por Dios, no lo puedo creer; es para mi un honor el saber que la escritora de aquel libro el cual dejo en mi una profunda enseñanza, haya leido mi humilde reseña en el blog de MUNDOS sobre su novela. a por cierto estoy leyendo La Raíz de la hoguera, me encantan sus novelas.
felicidades y bendiciones.